Las tendencias empresariales están cambiando la mentalidad y las personas se vuelven a colocar en el centro para las instituciones. La situación generada en el año 2020 por la COVID-19 obligó a la adaptación a marchas forzadas de las compañías, que se vieron obligadas a implantar distintas medidas sanitarias y nuevas formas de trabajo (como el teletrabajo). Pero sin ninguna duda, uno de los elementos que más ha calado este año ha sido colocar a las personas como eje central.
Las acciones que lleva a cabo la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) siguen manteniendo sus valores principales, la transparencia, la veracidad y la autenticidad. Parecía que se iba a quedar ahí, pero a esto hay que sumarle los esfuerzos por ayudar a la sociedad en estos momentos tan difíciles. El compromiso empresarial de estas instituciones ha dado un paso adelante, con el que quiere ayudar a las personas que más lo necesitan. La pandemia ha servido para que nos demos cuenta de lo frágil y delicada que es nuestra salud, por este motivo, la salud física y mental los trabajadores y de la sociedad son uno de los puntos marcados por las empresas en el área de Responsabilidad Social Corporativa y donde cada vez se ven nuevas iniciativas.
Otro de los motivos que ha impulsado la RSC en este periodo de pandemia ha sido la conciliación familiar y el teletrabajo. Bien es cierto que nos vimos obligados a permanecer en nuestras casas y compartir espacio de trabajo con nuestras familias. En ciertas ocasiones, esto podía llegar a dificultar la convivencia. No obstante, el teletrabajo es una modalidad que se está implantando en nuestro país y que cada vez más empresas están valorando instaurar.
Relacionado con todo esto hay que prestar especial atención a la digitalización y la formación de los trabajadores. El período del confinamiento ha provocado que la velocidad a la que avanza la revolución digital sea mucho más rápida, aumentando de esta manera la brecha digital. Las instituciones tienen en este momento la oportunidad de realizar proyectos de digitalización en los que puedan ayudar adquirir competencias digitales y tecnológicas a las personas que son más vulnerables de esta manera se potenciará la inclusión social.
Con la pandemia que estamos viviendo, hemos sido testigos de lo conectados que estamos todas las personas, y lo próximos que están unos lugares de otros. Es decir, que determinados problemas que comienzan siendo locales pueden llegar a extenderse con facilidad y adquirir importancia y repercusión a nivel mundial. Por esta razón hay que seguir trabajando en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y hacer que sean la guía de las estrategias de la responsabilidad social y ambiental de las empresas.
Todas las medidas que están tomando las compañías, provocan que se genere un cambio en el concepto que se tenía sobre la Responsabilidad Social Corporativa. Ya no es solo realizar acciones que ayuden a mejorar su imagen, sino que ahora, buscan colocar a las personas en el centro, consiguiendo de esta forma darles un mayor protagonismo. Los retos a los que se están enfrentando las empresas en la situación global en la que nos encontramos las están obligando a cambiar y adaptar su estrategia de RSC.