Es probable que se nos haga raro pensar que una casa puede consumir la energía que ella misma genera, pero nada más lejos de la realidad, realizando unas sencillas modificaciones en nuestro hogar podremos conseguirlo.
Las casas autosuficientes aparecieron con la misión de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, limitando lo máximo posible la utilización de combustibles fósiles y apostando por las energías renovables. Este tipo de viviendas destacan por la baja demanda de energía que requiere, ya no solo para poder aclimatar la casa a una temperatura indicada coma sino que también por la poca cantidad de energía que consume.
Como ya hemos mencionado las casas autosuficientes son aquellas que pueden generar una cantidad de energía similar a la que consumen, pero también se puede dar el caso de que generen más de la que necesitan. Si se da este fenómeno existen dos opciones, la primera es que esa energía sobrante se vierta a la red y la pueden utilizar otros usuarios, la segunda es el almacenaje en baterías para poder utilizarla en otro momento, cuando esta sea más necesaria.
Estas viviendas suelen tener un coste superior a la media, pero hay que tener en cuenta que a largo plazo serán más económicas. Además, hay que tener en cuenta que las viviendas autosuficientes son las más respetuosas con el medio ambiente. Es muy importante tener en cuenta a qué se debe conocer a la perfección el funcionamiento de todos los elementos que tenga la vivienda, para que de esta forma se pueda optimizar el consumo energético. También se debe considerar, que en muchas ocasiones dependeremos de la climatología para poder obtener energía.
Si se siguen una serie de criterios bioclimáticos (orientación, clima de la zona, vegetación, trayectoria del Sol…), se puede llegar a consumir entre 70 y un 90% menos que en una casa convencional. Esto supondrá no solo que el consumo de nuestro hogar sea menor, sino que nos repercutirá directamente en las facturas y poco a poco se conseguirá la rentabilidad de la casa autosuficiente.
No obstante la construcción de este tipo de casas desde cero puede tener un coste elevado. Por ese motivo se puede realizar una serie de modificaciones a nuestra vivienda con la intención de conseguir que esta sea más sostenible y su eficiencia energética sea mayor. Cambiando elementos cómo las ventanas como el color de la fachada, o el suelo se puede conseguir un ahorro energético muy elevado.
El problema puede surgir cuando vives en un edificio, en el que no puedes realizar todas las reformas qué te gustaría para conseguir ahorrar este tipo de energía. Aunque no se pueda cambiar el color de la fachada entera, sí se puede llevar a cabo pequeñas reformas, cómo cambiar las ventanas o mejorar el aislante del domicilio de esta manera conseguirás ahorrar energía.
Por último hay que tener en cuenta que el porcentaje de ahorro será distinto en cada una de las viviendas ya que las condiciones de cada una de ellas son distintas.